Después de plantear la importancia de definir correctamente los principios de una comunidad colaborativa y exponer los riesgos de adoptar una comunidad con principios poco claros, llego al caso de un ejemplo concreto de 2 o más comunidades se transforman en inestables, complicadas y con mayor riesgo de ser manipuladas.
Esto es lo que creo esta ocurriendo con la comunidad Opensource, donde claramente vemos 2 proyectos que comparten el nombre, pero están enfocados en principios diferentes.

- Free Redistribution
- Source Code
- Derived Works
- Integrity of The Author’s Source Code
- No Discrimination Against Persons or Groups
- No Discrimination Against Fields of Endeavor
- Distribution of License
- License Must Not Be Specific to a Product
- License Must Not Restrict Other Software
- License Must Be Technology-Neutral
- We believe in an open exchange.
- We believe in the power of participation.
- We believe in rapid prototyping.
- We believe in meritocracy.
- We believe in community.
Que no se me mal interprete, que una iniciativa se enfoque en el desarrollo de software y otra en la comunidad entorno al desarrollo, no es mi problema.
Mi problema con sus principios es que son lo suficientemente ambiguos, como para manipular el futuro de la comunidad.
Sólo como claro ejemplo es lo difícil que resulta definir Neutralidad Tecnológica o Meritocracia, podría derivar estas iniciativas en cualquier cosa.
Mi forma de ver es que si voy a compartir mi confianza y mi trabajo, con una agrupación de personas, con el objetivo de desarrollar un proyecto colaborativo, lo mínimo que debo exigir es entender completamente los principios que rigen el proyecto y asegurar que el proyecto sea consecuente con estos en el futuro.
Mi intención no es plantear que existe «mala fe» en la creación de estas iniciativas, hoy en el medio técnico y empresarial, es común definir objetivos en base a satisfactores, pero mi forma de entender que la dificultad de resolver los problemas que históricamente ha tenido nuestra sociedad es nuestra incapacidad de identificar, priorizar y vivir nuestras necesidades fundamentales de una manrea ágil, eficaz y sustentable.
Por eso pienso que las comunidades colaborativas van más allá y basan sus objetivos en las necesidades fundamentales y eso las diferencia de una empresa tradicional.
Eso no quita el hecho, que algunos principios de estas iniciativas están definidos de una manera clara y consecuente, como por ejemplo «Creemos en el poder de la participación», pero mezclar esto con otros principios poco claros, invalida al proyecto.
Repito nuevamente «yo no estoy en contra de los principios del opensource», pero pienso que los principios del software libre son más claros y consecuentes y recomiendo difundir estos a las personas que no están familiarizadas con estas iniciativas, porque no se requiere de conocimientos técnicos o empresariales, para su correcta comprensión.
¿Entonces no hay cabida para el opensource?
Claro que la hay, pero por su naturaleza debe permanecer en el entorno empresarial y «nunca disfrazarse como una comunidad«.
¿Entonces una empresa no puede formar una comunidad?
Si esa comunidad tiene principios ambiguos será una «falsa comonunidad» y probablemente será manipulada por la empresa.
Quizás todavía no es clara la importancia de hacer esta diferencia, pero poco a poco nos vamos a ir dando cuenta, de la irresponsabilidad asociada a participar en algo que no entendemos y nos sentiremos defraudados por la candidez de nuestras acciones.
¿Entonces las empresas se oponen a las comunidades?
Muy por el contrario, una sana relación entre las empresas y las «verdaderas comunidades», es la clave para el desarrollo de una nueva economía. Tengo muchas ganas en profundizar esto en un próximo artículo.
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